Obleas a la medida de un sueño


Urban Desserts es una marca de postres con un giro bastante particular. Sus creadores son tres jóvenes originarios de Colombia, cosa que se nota por los típicos sombreros vueltiaos que lucen como parte de su uniforme de trabajo, así como por las obleas que les han hecho acreedores de buena fama en la ciudad de Miami. Sin embargo, ellos no buscan convertirse en una referencia colombiana, sino llevar sus obleas al plano internacional.

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Como todas las buenas ideas, Urban Desserts nace de una inquietud. Sus fundadores, Catalina Patiño, Miguel Salcedo, y Julio Patiño —sus creadores— son una diseñadora de interiores y dos diseñadores gráficos que tras varios años de dedicarse a sus respectivas profesiones se dieron cuenta de que tenían que hacer un cambio de rumbo.

“Como cultura nos enseñan a que mientras más diplomas, mejor trabajo vas a conseguir; pero no nos enseñan a ser dueños de nuestros propios negocios”, expresa Catalina Patiño en una observación aguda sobre el sistema de educativo-cultural que impera en no pocas sociedades de la actualidad, entre esas la latinoamericana. No obstante, una creciente insatisfacción se encargaría de señalarles a Catalina, su esposo y su hermano; que el camino que les correspondía no era el de ganarse la vida trabajando como diseñadores. Entendieron, por el contrario, que la senda que tenían que seguir era una que ellos mismos debían construir.

Así nace Urban Desserts, una empresa que surge de la pasión más que de la planificación, pero que sobre la marcha de su propio impulso fue tomando forma, organizándose y convirtiéndose en un negocio estable y con un concepto tan definido como original. Mas como dice la sentencia popular, no fue soplar y hacer botellas.

Un cambio de dirección

Como suele suceder, el sueño de emprender no vino con una configuración clara desde el principio. Más bien apareció como una idea abstracta que poco a poco fue evolucionando y tomando la forma que tiene actualmente. Valga decir: redonda, de oblea.

Y es que si bien esa idea de iniciar un negocio vino desde siempre orientada hacia el área de alimentos y bebidas, la definición vendría más adelante y a golpes de inspiración. Sus socios iniciaron con la intención de montar un food truck, algo que consiguieron a medias, más con ímpetu que con capital, pero que al final no cubrió las expectativas que tenían. No sería después de muchos traspiés que aquello evolucionaría en las simpáticas carrozas que hoy se roban las miradas en mercados y eventos por igual en el ciudad de Miami

Pero para ir más atrás, la esencia de Urban Desserts viene de mucho antes. Concretamente, de hace tres generaciones. A propósito, Catalina cuenta: “Nuestra abuelita Tatiz se fue del llano a Bogotá para buscar un mejor futuro para sus hijos. Lo que sabía hacer eran muffins, obleas y mantecada; que vendía en el garaje de su casa. Hoy día eso se ha convertido en Todo rico, un negocio de tres generaciones, mucho más grande, que ahora manejan mis primos”.

Naturalmente, la posibilidad de abrir una sucursal de ese negocio familiar en Miami parecía tentador, y desde luego que hubo la intención en algún momento, pero el presupuesto que se necesitaba para semejante empresa excedía las posibilidades de Catalina y compañía. Había que pensar en otra cosa, pero la idea estaba ahí. Había que traer los dulces de la abuela a estas latitudes.

“Extrañábamos mucho a Colombia, así que pensamos: traigámonos a parte de Colombia para acá”, cuenta Catalina. Y así fue. Empezaron comprando el tráiler, pero no pudieron usarlo. Eso no les desanimó. Por el contrario, siguieron insistiendo, entonces con un mercado de granjeros (farmer’s market) de fines de semana. De ahí en adelante el contacto con el público y su propia intuición empresarial les codujo a lo que actualmente es Urban Desserts: los sombreros, los trajes, la decoración hecha con palés, y hasta las carrozas vinieron como una mezcla de estrategia para llamar la atención de los comensales e ingenio para resolver con los poquísimos recursos de los que disponían.

“Es posible iniciar un proyecto con cero capital”, asegura Catalina. “Si tienes una buena idea y te esfuerzas bastante, siempre habrá alguien que crea en ti y te eche una mano”.

En ese sentido, Urban Desserts es la legítima prueba de ello. Una empresa que nace con poco capital, menos experiencia, y un plan nada claro; pero que fue tomando forma y estableciéndose a fuerza de creer en un sueño y trabajar duro por él. A fuerza de eso que los colombianos llaman berraquera, y que nada tiene que ver con la otra verraquera.

Eso con qué se come (o cómo se pronuncia)

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Si bien para los latinos y sobre todo para los colombianos las obleas son un postre conocidísimo, no sucede lo mismo en el mercado americano. Sin embargo, esto no tiene por qué ser visto como una desventaja.

Y es que en vez de limitarse a las tradicionales obleas con arequipe, Urban Desserts va mucho más allá. El verse libre de los prejuicios de la tradición les permitió reinventarse, y hoy por hoy su lista de toppings abarca sabores tan variopintos como nutella, mora, mango, limón, mantequilla de maní, crema batida, coco, entre otros; además del clásico arequipe o dulce de leche. Aparte de eso, las obleas vienen teñidas en diversos y llamativos colores que van a tono con la imagen urbana de la marca.

A propósito de esto último, vale la pena escuchar el testimonio de Miguel sobre el origen del nombre de la compañía. “Cuando pensamos en la abuelita Tatiz y cómo se fue a Bogotá, pensamos en calle, en lo urbano, y por eso quisimos darle ese gusto de calle a nuestra marca”, explica. Por otro lado, eligieron el nombre en inglés porque, como a su vez indicaba Catalina, no querían quedarse encasillados en ser una marca de colombianos y hacer clientela solo entre los colombianos, sino abarcar un mercado tan global como el que representa la ciudad de Miami con su multiculturalidad. En otras palabras, no querían limitarse a una parte si podían apuntar al todo.

Pero pese a lo ambicioso que esto pueda sonar, Urban Desserts poco a poco está logrando precisamente eso. Con sus obleas de colores y rellenos exóticos se están convirtiendo no en las preferidas de la comunidad colombiana en Miami, sino en una referencia de la ciudad en lo que a postres se refiere, cuyos dueños han tenido que afinar el oído porque ya no siempre la palabra oblea les viene perfectamente pronunciada de parte de su clientela, cada vez más grande. Y eso por hablar de su producto más representativo, porque tienen mucho más bajo la manga.

Ya las carrozas, los mercados y los eventos privados se les van quedando pequeños, y ahora Catalina, Miguel y Julio César van pensando en el próximo paso, el que les resulta lógico, que es abrir su propio local de Urban Desserts en la ciudad de Miami.

No hay recetas para el éxito

Algunos dicen que el secreto es la constancia. Otros dicen que es la planificación. Otros hablan de ingenio, ideas y conceptos. Otros de calidad de producto o servicio. Otros de corazón. Pero lo cierto es que no hay una fórmula definitiva para triunfar en el emprendimiento. Quizás lo más sensato sería atribuir el éxito a una mezcla de todo lo anterior y seguramente otras cosas también, pero las proporciones siguen siendo un misterio.

Ahora bien, si se hiciera una suerte de radiografía del éxito que Urban Desserts ha logrado hasta ahora, habría que atribuirlo casi incuestionablemente a una mezcla mayoritaria de corazón e ingenio. Y es que se necesita mucho de lo primero para renunciar a la vida que se conoce por seguir un sueño, y más todavía para insistir en realizarlo pese a todo los contratiempos. Lo segundo, el ingenio, ha sido en su caso la clave no solo para sortear las dificultades, sino además —y léase bien— para ponerlas a su favor.

Muchos aspirantes a emprendedores han escuchado hasta la saciedad que “no existen dificultades, sino oportunidades”. Si bien esto puede rayar en filosofía de panfleto de autoayuda, es innegable que los chicos de Urban Desserts han puesto a prueba la susodicha afirmación, y vaya que han salido airosos.

“Si hubiésemos arrancado esto con bastante capital, hubiésemos perdido muchísimo dinero”, afirma Miguel a propósito de cómo han venido haciendo las cosas en la empresa. Ellos saben que son impulsivos y ha sido precisamente la poca liquidez de la que disponían al principio lo que les impidió tomar ciertas decisiones de las que luego se hubiesen arrepentido, según ellos mismos cuentan. “De haber tenido dinero seguramente habríamos comprado sillitas de colores, por ejemplo, y un montón de cosas bonitas, pero genéricas. Gracias a no tener el capital fue que decidimos hacer nuestras cosas con palés y cajas de madera, y eso se convirtió en parte de nuestra identidad, en algo que nos distingue”, asegura Catalina.

Y la historia se repitió varias veces, porque por las mismas razones no fueron a lugares elegantes a comprar sus materiales, sino a las tiendas de un dólar, en las que pudieron conseguir cosas que con su ingenio y talento lograron convertir en piezas únicas para sus puestos de mercado o sus carrozas. También así fue como la falta de presupuesto para uniformes les llevó a inclinarse por los sombreros vueltiaos, los ponchos y las mochilas típicas de su país; que no solo cumplieron perfectamente con su función básica, sino que además se convirtieron en formidables herramientas de mercadeo. “Adonde llegamos la gente se quiere tomar fotos con nosotros”, relata Catalina. “Y eso siempre viene seguido de un ¿qué tiene? que se convierte en una venta”.

Tal parece que cuando la esencia se impone, las cosas salen como deben salir. O en palabras de Catalina: “Nuestro concepto es mostrar la parte linda de Colombia, mostrar la parte amable de Colombia, sobresalir como colombianos; pero también sobresalir por nuestro producto, porque así como nos ven, así sabe”.

Los datos de contacto de Urban Desserts

Yellow Green Farmer’s Market. Store 208.

Teléfono: (754) 777-0803.

Página web (incluye formulario de contacto): www.urbandesserts.com

En las redes sociales: @theurbandesserts

Entrevista: Eduardo Vivas – evivas@revistaaybmiami.com

Redacción: Rowan Lozada – rlozada@revistaaybmiami.com

Acerca de Eduardo Vivas (263 Artículos)
Somos el medio de comunicación en español de la Actualidad Gastronómica de la ciudad de Miami

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